No cabe duda de que los tiempos están cambiando, ahora es posible, de
momento en Barcelona sólo, añadir un código QR sobre la lápida del
difunto con el fin de que el visitante lo "lea" con su smartphone y
obtenga la información sobre el propietario de la plaza de cementerio.
Es una buena oportunidad para regresar de alguna manera a los epitafios,
necrológicas, "in memoriam" y obituarios.